Cómo afecta el estar descalzo al equilibrio
El equilibrio es el sentido humano que no se puede tocar, oler u oír. Es una sensación que viene de dentro y dura tanto o más que esas otras tres experiencias. Un gran equilibrio no consiste en hacer volteretas y paradas de cabeza, sino que tiene lugar en cada paso que damos.
El equilibrio puede ser el menos apreciado de nuestros sentidos, pero está ahí en cada momento. No podemos señalar de dónde procede esta sensación, como ocurre con la nariz o los ojos; en cambio, cuando se pierde el equilibrio, las cosas empiezan a suceder muy rápidamente, a veces de forma dolorosa.
Todos sabemos que nuestro sentido del equilibrio proviene del sistema vestibular, pero ¿cómo se sienten los pies? Los tres diminutos canales de cada oído son sólo una de las formas en que este increíble órgano nos ayuda a mantenernos erguidos. Detectan la gravedad y el movimiento gracias a los "pelos" de su superficie, así como a los mensajes enviados por los receptores táctiles cercanos, que garantizan que nunca pisemos algo afilado.
Todos tenemos un sentido del equilibrio incorporado y podemos saber cuándo algo está mal. Prueba este experimento: colócate junto a la pared con un pie encima y luego toca ligeramente para ver cuánto más fácil te resulta. Con tus manos dando una entrada sensorial extra de la atracción de la gravedad podrás encontrarte más estable que nunca mientras realizas cualquier actividad que nos guíe en nuestros días (como caminar).
El sistema vestibular es una parte realmente importante de nuestro cuerpo que nos permite mantener el equilibrio. No siempre reacciona con la misma rapidez cuando estamos de pie, pero normalmente no es hasta que envejecemos o perdemos el sentido de un oído donde va todo el equilibrio. A medida que envejecemos, nuestro sistema vestibular se vuelve menos eficiente para mantener el equilibrio. Esto puede dificultar que nos mantengamos erguidos cuando caminamos o estamos de pie durante largos periodos de tiempo sin marearnos, especialmente en malas condiciones, como en un barco con mala mar.
El sistema vestibular es una parte crucial de nuestro cerebro que nos ayuda a mantener el equilibrio y la coordinación. Al igual que otros sistemas del cuerpo, éste decae con el paso del tiempo, pero hay formas de ayudar a frenar su declive y de proporcionar a tus hijos un futuro mejor. La respuesta está en esos grandes pies que todos tenemos al caminar por la Tierra.
James Collins, un ingeniero biomédico de la Universidad de Boston, descubrió que si ponía pequeños impulsos eléctricos en la plantilla de los zapatos, la gente podría mantenerse erguida sin dificultad, incluso después de los 80 años. Y un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Oregón para la Sociedad Americana de Geriatría demostró que caminar sobre adoquines mejoraba el equilibrio y reducía la presión arterial en las personas mayores.
Caminar descalzo es una de las mejores formas de disfrutar de la naturaleza. No se trata sólo de lo que se siente, sino también de que los pies descalzos son, según los investigadores y psicólogos, más propicios para la felicidad, tanto en la vida actual como en las perspectivas futuras. Así que adopta este hábito con tu familia, o incluso haz que se pongan los zapatos sin nada.