Barefoot y Crossfit: menos lesiones, más control
Esta historia fue enviada por Gonziix.
Del dolor a la consciencia: lo que aprendí caminando barefoot
Personalmente, el calzado barefoot de Saguaro me ha ido genial.
Siempre he tenido pisada supinadora—eso hacía que cualquier zapatilla con algo de suela me durara poquísimo. Se rompían por los lados enseguida.
Los zapatos “normales” nunca me funcionaron.
Y lo pongo entre comillas, porque lo normal debería ser caminar barefoot, con suela plana y diseño minimalista.
Mi experiencia con los zapatos barefoot de Saguaro ha sido tan positiva que no puedo dejar de recomendarlos.
Después de tantos años probando soluciones sin éxito, mi opinión sobre Saguaro es clara: son cómodos, resistentes y han transformado mi forma de caminar.
Uñas, dolores y operaciones que ya no necesito
Uno de mis mayores problemas era que las uñas de los dedos gordos se me clavaban constantemente por las esquinas.
Desde que uso calzado con horma ancha, como los de Saguaro, eso ha mejorado muchísimo.
La uña sigue curvada, pero ya no se me clava. ¡No duele, no molesta!
Me he ahorrado una operación solo por cambiar de calzado.
Crossfit, torceduras y un cuerpo más alineado
Solo tengo dos pares de Saguaro, ¡y no uso otra cosa!
Desde que los uso:
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Me duelen menos las rodillas, incluso haciendo Crossfit.
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Mis zapatillas no se desgastan por mi pisada supinadora.
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Y lo más increíble: creo que mi pisada se ha corregido.
Ahora siento los pies más equilibrados, las tensiones han disminuido, y ya no noto descompensación en las rodillas.
Siento el suelo. Y eso lo cambia todo.
Llevar barefoot es como si tuvieras ojos en los pies.
Noto cada piedra, cada grieta, cada rama.
Y gracias a eso, ya no me tuerzo el tobillo nunca.
Antes era muy torpe, me tropezaba constantemente. Ahora: cero.
Pensaba que era yo, pero no—eran los zapatos.
Al empezar incluso tuve agujetas en los pies.
Jamás pensé que eso fuera posible… ¡pero lo es! Mis pies son ahora más fuertes y ágiles.
Lo que viene: más barefoot, más libertad
Mis zapatillas actuales son más veraniegas, así que voy a comprarme ya mismo unas botas barefoot—y después, otro par para entrenar.
No me imagino cómo debe ser ir descalzo y calentito en invierno.
Ojalá haber empezado antes.
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