Del Miedo a la Libertad: Cómo Saguaro Me Ayudó a Sanar
Esta historia fue enviada por Liron Alon.
Una Aventura Soñada y una Caída Inesperada
Hace algunos años viajé al Sudeste Asiático en lo que fue la aventura de mi vida. ¡Era un sueño de toda la vida que finalmente estaba haciendo realidad!
Un día, mientras cruzábamos un arroyo en el bosque de Camboya, resbalé sobre una roca mojada y caí de rodillas. Por un momento pensé: “¡Me rompí las rodillas en medio del bosque camboyano! ¡Estoy perdida!”
Por suerte, mis rodillas estaban muy golpeadas, pero no rotas. Las heridas físicas sanaron, pero el trauma quedó profundamente marcado en mi memoria.
Cuando el Miedo Me Paralizó en Costa Rica
Más tarde, en un viaje a Costa Rica, me di cuenta de cuánto de ese trauma seguía almacenado en mi cuerpo. Caminando hacia una cascada, me encontré de nuevo frente a una roca mojada. Mi cuerpo se paralizó. El miedo de resbalar y revivir lo que me pasó en Camboya fue tan fuerte que no pude dar un solo paso.
Me quedé allí, congelada, durante 30 minutos. Mi pareja hizo todo lo posible por animarme, pero fue una lucha mental muy intensa. Finalmente, logré moverme. Y entonces comprendí cuánto trabajo interno me quedaba por hacer para liberar ese miedo.
Confianza Renovada con mis Saguaro
Ese mismo año, compré mi primer par de zapatos Saguaro: de color naranja brillante, como mi aura. Me enamoré de ellos al instante.
( Smart Ⅰ - Zapatos Barefoot )
Pero no fue hasta mi siguiente caminata por el bosque que descubrí la verdadera magia de estos zapatos. Una vez más me enfrenté a cruzar un arroyo sobre piedras mojadas. Mi cuerpo se tensó. Respiré profundo tres veces y me dije: “Puedo hacerlo. He trabajado duro para superar este miedo. ¡Estoy lista!”
Y entonces sucedió la magia:
¡Los zapatos tenían agarre! ¡No resbalé! Sentí como si mi pie estuviera conectado directamente con la roca. Pude sentir la estabilidad bajo mi planta.
Di el siguiente paso con confianza, sabiendo que mis pies estaban protegidos por mis zapatos favoritos.
Recuperando la Confianza Paso a Paso
El terreno en Camboya era salvaje – sin senderos marcados, solo bosque, arroyos, barro, ramas y hierba. El clima era húmedo y el suelo resbaladizo.
La primera vez que me puse mis Saguaro, sentí que mis pies se relajaban. Espaciosos, cómodos. ¡Perfectos! Inmediatamente compré un par para mi novio y se los recomendé a mi familia y amigos.
Mi confianza al caminar sobre superficies mojadas o irregulares cambió completamente. Cada paso se sentía seguro. Claro que seguía siendo cuidadosa, pero la diferencia era enorme.
Cruzar las piedras mojadas sin dudar fue un momento muy especial para mí. Mi cuerpo había guardado ese trauma a nivel celular, y ese día, logré liberarlo. Paso a paso.
Mi Compañero de Cada Día
Hoy en día, uso mis Saguaro naranjas a todas partes – ¡aunque no combinen con mi ropa!
Gracias por leer mi historia. Ojalá ayude a alguien a decidir dejar atrás esos zapatos viejos que duelen y hay que “domar”, y dar el paso hacia una forma mejor – donde los pies son lo primero.
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