Esta historia fue amablemente compartida por un miembro de nuestra comunidad, Sara Toral Reig. Puedes seguir su inspirador viaje en Facebook

El inicio del cambio

Después de vivir un año tan diferente como lo fue el 2020 decidí probar lo que sentían los pies de mi hija al llevar calzado barefoot, necesitaba comprobar por mi misma todo lo que leía sobre ese tipo de calzado y lo que me explicaba mi hija, probarlo en mis propios pies.

De eso hace ya tres años, tres años del mejor cambio que pude hacer por la salud de mis pies.

De lo convencional a lo cómodo: Experiencia personal

Nunca fui de usar altos tacones, muy ocasionalmente y durante corto tiempo, siempre llevaba conmigo un calzado plano y cómodo (al menos lo veía así antes) para poder cambiarme.

Cuando probé por primera vez unas zapatillas Saguaro, ahí supe lo que era realmente un calzado plano y cómodo, lo que siempre había creído que era cómodo para nada lo era.

La sensación que sentí la primera vez que pisé con mis Saguaro, fue literalmente como andar descalzo y que gran espacio tenían mis dedos, para nada apretujados, podía moverlos libremente dentro de las zapatillas, que aunque se veían raras esas punteras con forma de dedos, no importaba, sabía que no había vuelta atrás, a partir de ese momento se convirtieron en mi calzado de diario.

Ese mismo año (2021) cambié todo mi calzado convencional por calzado barefoot que respetaba mis pies.

La expansión del calzado barefoot y el crecimiento de la marca

En tres años he visto como el calzado barefoot iba llegando cada vez a más gente, tanto en niñas y niños como en adultos.

Poco a poco hay más tiendas que apuestan por este calzado, cuando compré mis primeras saguaro lo hice a través de Amazon, era el único sitio donde las encontraba, hoy en día las encuentras además de en su web, en varias tiendas especializadas en calzado barefoot.

La misma marca ha crecido mucho, ampliando su oferta con muchos modelos diferentes y conservando sus icónicas zapatillas con puntera de dedos.

Influencia en la próxima generación: La elección de los niños

Mi hija empezó con otras marcas de calzado barefoot, pero siempre me pedía zapatillas como las mías. Cuando se las compré por primera vez se convirtieron en sus zapatillas preferidas para el cole, para correr, saltar, para trepar árboles… ya lleva varios pares de Saguaro, a día de hoy se han convertido en sus zapatillas para las clases de educación física de la escuela y cada día ves a más niñas y niños en su escuela que usan Saguaro, no es de extrañar, son realmente cómodas.

Durabilidad y fidelidad: Satisfacción a largo plazo

Por sus características y por su fácil accesibilidad se han convertido en el primer calzado barefoot de mucha gente, ese primer par que compras con mil dudas rondándote la cabeza, por si te va a gustar o no esa sensación de ir descalzo, por si te vas a adaptar al cambio…

En cuanto las pruebas se disipan todas esas dudas, empiezas a sentir realmente con tus pies, esos pies que has maltratado durante años con calzado rígido, suelas gruesas, punteras estrechas… por fin se sienten libres y poco a poco se van recuperado de tantos años de tortura.

Por todo esto suelen recomendar Saguaro a quien se inicia en el calzado barefoot.

Algo muy curioso también, es que los dos pares que compré en 2021 aún siguen como nuevos después de tres años de uso, de varios lavados en lavadora… ahí siguen, con mucha vida por delante y muchos pasos que dar.

Durante este tiempo he probado otros modelos de Saguaro y he de decir que estoy igualmente satisfecha con mi compra, no me han defraudado y seguiré confiando en Saguaro para el futuro de mis pies.

Mis palabras sobre Saguaro solo pueden ser de agradecimiento por lograr el cambio que necesitaban mis pies y los de mi familia, gracias Saguaro, eternamente agradecida.